viernes, 3 de noviembre de 2006

Simplemente verde

Cada vez estoy más convencida de las simplezas de la vida que regeneran lo delicioso de la existencia. Marga le llamaría: un momento de ociosidad.

A pesar de ser eso que se denomina cuando uno llega a irrumpir en espacios que no son precisamente a los que se acude habitualmente <>, Gustavo, Gerardo y Cándido, nos compartieron parte de su vida y sus ricos tacos de papa y frijoles. Así hay gente, aunque lleves unos minutos de conocerla puedes entablar una calurosa conversación en un ambiente de viejos amigos. Se trata de lo simple, de las cosas y de las personas tal y como son, sin ninguna necesidad de pretender o de conseguir nada. Simplemente como son.

Hoy a pesar de los atropellos caóticos que me envuelven últimamente logre sentirme así. Simplemente bien.

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