jueves, 18 de diciembre de 2008

propiedades alotrópicas

Hablemos de estas pequeñas teteras tan simpáticas de colores. Mira, de seguro ésta en su otra vida fue sandía. Son pequeñas y lindas. Si giramos un poco la tapa parecen los ojos de un elefante; si la giramos hacia este otro lado parece que tiene bigotes. Ahora se convierten en tanques de guerra y se lanzan proyectiles de papel. Ya pasó el minuto, ya pueden servirse. Hablemos de las tasas. Realmente no me parecen muy estéticas, como que no van con la semántica del lugar. Me gusta que sean trasparentes, de esta forma se puede apreciar muy bien el color de té. Más bien parecen vasos muy anchos solamente. Hablemos de las grecas de la madera que compone la mesa. Me parecen fascinantes. La dirección que tienen define la dureza y la calidad de la madera. Eso es muy interesante, creo que son muy artísticas. Mi hermana solía dibujarlas meticulosamente cuando iba en la escuela. Hablemos de la música que se escucha al fondo. Esa canción es de mis discos favoritos, el vocalista canta como niña, por eso me gusta. De pronto tengo la sensación que hay mucha, pero mucha música en el mundo. Lo que me resulta más difícil es poder clasificarla porque también hay muchos géneros y géneros dentro de los géneros.

Hablemos para llenar el silencio no suscitado por bocas adheribles. Llenemos el mutismo con el vacío a nuestro alrededor. Es parte del menester de conocerse. Al final encontraremos charlas más pictóricas y dulces, esparcidas por la mesa.