viernes, 7 de diciembre de 2007

Se busca



Escribo, ella escribió que la memoria es frágil y el transcurso de la vida es muy breve y sucede todo tan deprisa, que no alcanzamos a ver la relación entre los acontecimientos, no podemos medir las consecuencias de los actos, creemos en la ficción del tiempo, en el presente, en el pasado y el futuro, pero puede ser que todo ocurre simultáneamente…

La Casa de los Espíritus
I. A.


Andaba de vaga (como sólo he incurrido en los últimos meses) y en uno de los tantos camiones, precisamente el de regreso a casa, el cuaderno verde decidió saltar de mi morral y quedarse entre el asiento número 17 y la ventana. En cuanto me percaté que el pillo había desaparecido, supe que había perdido una parte de mi alma y de mi memoria. El orden que apenas había juntado en este tiempo, el plan a seguir, el diagrama que me aclaraba lo confuso y me hacía no perderme. Y la historia. Las historias… y con ellas el último viaje apenas transcurrido, los taxistas de San Luís, los sonidos en Puebla, la comida de Veracruz... y todo eso que me sucedió que me hace sentir de esta manera, todo lo asimilaba y lo entendía mejor tras la relectura de ese empastado verde pasto.

Pero se fue, me ha dejado algo perdida, y así los esbozos de mi mente de aquel tiempo se transforman cada vez más en mito y la silueta de la primera mitad de mis 21 se transmuta ahora en leyenda. Yo solía vaciarme en aquella cosa de páginas rayadas, medio sueltas ya de tanto ajetreo del camino. Talvez alguien se lo encuentre y se pregunte por qué hay personas tan raras vagando por ahí.