jueves, 23 de abril de 2009

La explotación de las mujeres

Mi anécdota de las vacaciones de santa, tarde pero segura.

Después de que fatídicamente no conseguimos auto para el viaje y tras 16 horas de camino colectivo, Aarón y yo caminábamos bajo la arena de Mazunte. Dicho sea que debido a mi espíritu hippiesco, yo siempre había querido conocer esta playa oaxaqueña.

Era de esperarse que dentro de este sincretismo playero hubiera la presencia de extranjeros y sobre todo Europeos, tan solo la playa vecina es la mítica Zipolite de primorosos franceses e italianos de torso desnudo. Pero lo que sí nos sorprendió fue que los Europeos hablaran perfecto español y que además se hubieran agandallado de las oportunidades de desarrollo para la economía local al manejar hostales, lugares de camping, restaurantitos monos donde abundaba la pasta, la pizza y hasta era posible encontrar puestitos de artesanía hippie europea.

Claro, ahora parece que sólo hablo del neocolonialismo al estilo roots, pero qué demonios tiene que ver con el título que da nombre a este post. Es aquí es dónde entra Panchita, pues a los europeos además que quererse nacionalizar costeñitos oaxaqueños, también prefieren adoptar bonitas costumbres tan latinoamericanas como lo es la explotación de la mujer.

Le pregunté cómo se decía su nombre en alemán — pues Francisca—, me respondió con un dejo de ironía y una perfecta pronunciación en español. Llevaba más de 5 meses rolando en México, se había ido a aprender platería a Taxco y se consideraba una orgullosa artesana debido a la complejidad de sus piezas. Oriunda de Alemania se adaptaba bastante bien a México y ya incluía en su vocabulario palabras de difícil estructura lingüística como chido, hasta pasar por todas las frases que incluyen el sufijo madre.

Aarón y yo la encontramos una noche mientras paseábamos por las calles mazunteñas. Tenía su puesto empotrado afuera de un cafecito y mientras yo me entretuve viendo los colguijos y piezas que vendía que eran realmente lindos, el chico devora mangos (Aarón) se puso platicar con ella. Realmente era agradable y hacía buena plática. Así nos enteramos que se metió a estudiar platería en forma porque sus papas le dijeron que “hiciera algo más en serio” y que su novio era de Guadalajara —ese de allá, el que está haciendo malabares con fuego—.

El tipo sí que se divertía, pues en un lugar dónde varia gente hace lo mismo, más hacía el malabar por recreación, y demás no se ponía en lugares dónde la gente pudiera alcanzarle una moneda. Así que concluimos que el sustento de esa relación era Panchita pues se pasaba la jornada entera bajo aquel árbol de mango, detrás de su puesto, tejiendo pulseras o haciendo trencitas. Ni una sola vez vimos al jalisquillo explotador atender o relevarla. Él se la pasaba cotorreando en el café o haciendo su malabar tan único en el mejor de los casos, porque si no, ya se había ido a echar un porro con una amiga del lugar. Mientras Panchita tejía mi trencita de colores y nos contaba que no había recorrido los alrededores porque se la pasaba ahí, bajo aquel árbol de mango.

Pobre Panchita, sus hermosos ojos arios no conocieron la playa de Mazunte.


Panchita (la chica rasta) y yo al fondo

6 comentarios:

GuGo dijo...

Je je je, ¿¿¿y esa vida quieres para Valentina???
Valentina: Nunca te dejes seducir por el destellante brillo de dos bolas de fuego de un Jalisquillo.

Etereotrópica dijo...

A Valentina la va a explotar un indú del que se enamorará cuando visite el Taj Mahal. Ya qué le vamos a hacer.

Etereotrópica dijo...

Oops, HINDÚ sorry, esto de las espidemias de influenza si que afecta el cerebro.

Wolfcrusader dijo...

Me hubiese gustado ver una foto de la mujer en cuestión :), de todas maneras siempre es bueno conocer gente. Y más tan particular.

Etereotrópica dijo...

Ahí sale panchita en la foto, es la chica rubia de rastas, sólo que muy al fondo y medio borrosa.

Anónimo dijo...

wooow nunca pense toparme con esta pàgina y mucho menos ke ablaran de la pancha beuno yo la conoci en IXCATEOPAN DE CUAUHTÉMOC jejej ke bien ke ande bien y eske tambien soy artesano y ke mal lo de su novio a le no lo conoci jejeje