
Terminó de leer esa nota de Poniatowska, sobre los que mataron por creer que podían cambiar el mundo, y dejó el periódico de lado. Su mirada se perdió entre el blanco de la pared, mientras esa sucesión de imágenes que bombardeaban su cerebro le hacían abrir aún más los ojos. Y llegó a sus oídos esa voz que rezaba que las utopías nunca dejarían de ser sólo eso. Ni siquiera sabía muy bien por qué, pero a pesar de todo, una extraña energía de rebelión la circundaba y le daba impulso para mover los pies más rápido. Un fuego rutilante le ardía en la conciencia y no la dejaría en paz si se quedaba dentro de la pasividad embelesadora a que la invitaba el sistema compacto en el que el mundo líquido transcurre.
Entonces las imágenes de sangre derramada por la lucha se transformaron en ellos, en sus camaradas que alzan la voz para gestar un plan de movilidad inteligente y así volverse a apropiar de las calles de su ciudad. En ellos, que propagan la voz conciente y activa a través de su música, a través del arte. En los que se levantan, en los que construyen, en los que resisten, en los que no se conforman y trabajan de alguna forma para mejorar y transformar su entorno.
Ya no le quedaba duda hacia donde tenía que dirigir sus pasos. Tenía algo de miedo no lo podía negar, pero su corazón renovado de inspiración le susurraba que no era una locura. Así, encendió una luz y continuó caminando…
Entonces las imágenes de sangre derramada por la lucha se transformaron en ellos, en sus camaradas que alzan la voz para gestar un plan de movilidad inteligente y así volverse a apropiar de las calles de su ciudad. En ellos, que propagan la voz conciente y activa a través de su música, a través del arte. En los que se levantan, en los que construyen, en los que resisten, en los que no se conforman y trabajan de alguna forma para mejorar y transformar su entorno.
Ya no le quedaba duda hacia donde tenía que dirigir sus pasos. Tenía algo de miedo no lo podía negar, pero su corazón renovado de inspiración le susurraba que no era una locura. Así, encendió una luz y continuó caminando…