lunes, 29 de enero de 2007

Cuestión de pragmatismo

Pasé mi minuto favorito releyendo una y otra vez el mensaje contenido en mi aparato telefónico. Eran eso, palabras hermosas que en otro contexto pudieron haberme hecho sentir alegría emoción y locura de amor. Pero ahora, la Luna, el Aire y la Noche traían consigo un vacío taciturno, un dejo de ansiedad que me contuvo por unos instantes.

Justo después de que mi cabeza se enfrió pude cuestionarle el por qué permitía que la ausencia de otro ser lograra petrificarme de esa manera. Mi cabeza me contestó que definitivamente no era ella la culpable, que mejor le preguntara al rojo órgano pulsante.

Entonces? —le pregunté a este segundo—explícame por qué demonios tengo la sensación de que mi metabolismo se detiene cuando no estoy cerca de él? Es maniáticamente desesperante, no es saludable, uno no puede ir por ahí dependiendo de…

Pero sólo se limitó a seguir latiendo.

8 minutos después, al ritmo de una pausada taquicardia espetó:— cuestión de pragmatismo. No se puede saltar al vacío y no tener siquiera un lejano eco de temor, ansiedad o duda ante la posibilidad de estrellarse contra el suelo. Así que lo que tienes que hacer es vivir de lleno la caída libre.

Creo que necesito un paracaídas—le dije—.

No, definitivamente no te van ese tipo de lonas bombachas coloridas. Los paracaídas son ordinariamente aburridos. Mejor constrúyete unas alas con la única certeza que posees.

Alas… desafiar las leyes gravitacionales.

mágico, lapso cósmico (fragmento)

2 comentarios:

Bern art. dijo...

Y todo es así ... la mente se cuestiona y el corazón por momentos enloquece con el sistole-diástole ... pero no se pueden despegar las alas si no hay salto al vacío, si no hay riesgo de caer a la nada. No se puede sentir el viento si una burbuja impenetrable nos cubre la piel, ni conocer el amor si el miedo nos ha devorado.

Marc dijo...

Creo que por mucho esto a sido de lo mejor que has escrito...cuestión de pragmatismo...valio la pena esperar